|
DOING-
UNDOING -- NO SER IDENTIFICABLE / NO SER NADIE
Pero volvamos a la idea primera, al valor terapéutico y liberador de Internet para la identidad. Las impresiones generadas por la velocidad que nos permiten estar y no estar al mismo tiempo, activar la sensación de ausencia. Al respecto, recordamos aquel comentario de Virilio: (L)a velocidad del transporte multiplica la ausencia. Antaño se le aconsejaba al neurasténico viajar para olvidar, viajar paliaba la tentación de suicidio oponiéndole un sustituto: la pequeña muerte de las partidas, la rapidez del desplazamiento equivale ahora a la desaparición en la fiesta sin mañana del viaje y significa, para cada uno, una suerte de repetición en diferido de su último día [4] . Paul Virilio La deriva sería por tanto una consecutiva búsqueda de ausencias en el desplazamiento. Una contemplación estética y no práctica, si como tal (búsqueda estética) entendemos una manera de acceder a lo visual carente de intencionalidad, derivar por derivar, olvidando el motivo primero por el que entramos en la web. La ausencia ubicua del que usa Internet permite no ser nadie a quien no quiera ser alguien. Recordando nuevamente a Hughes, hay que estar a la vez en todas partes y en ninguna. La ausencia ubicua es una ausencia del cuerpo, donde el nivel semiótico de la cultura, condicionada por lo corpóreo, se libera en un movimiento rompedor de deconstrucción del yo. En esta línea, la identidad es repensada y definida más como pregunta que como respuesta. La identidad surgiría en espacios del "otro", donde se experimenta la diversidad y podemos desprendernos (aun temporalmente) del estigma de nuestro sexo, edad o raza. Doing-Undoing, seres código, pronunciamientos a la espera de ser interceptados, palabras lanzadas a un espejo de ecos hasta encontrar una fisura, un engarce con algún otro ser -maquina o cyborg (materializado en una acción doing-undoing) que deambula por la red. Así, el que desea no ser identificable disfruta con la ausencia ubicua propia de los medios tecnológicos, pudiendo llegar a la situación expuesta por Virilio cuando observa cómo Chateaubriand encierra en un breve espacio sus grandes esperanzas: "Las habitaciones donde desea estar son exiguas y todas parecidas, aun si se hallan en las antípodas" [5] . Así, el que desea no ser nadie actúa y se presenta con diferentes identidades, "juega a ser". Estar en todas partes y en ninguna sería contrarrestado con la recreación de lugares comunes, el refugio en la singularidad dentro de un mundo cambiante. En esta línea, señala Toni Negri: "Un contexto vital (el desterritorializada de la subsunción) siempre potencial, siempre en bruto instaura un permanente "no sentirse como en casa" que sólo en los lugares comunes en la potencia del intelecto puro encuentra la posibilidad de un refugio. Sólo la repetición de los mismos lugares comunes del general intellect nos permite aferrar, en la sobreabundancia de mundo del contexto sensible -siempre cambiante y potencial- la singularidad y la unicidad sin aura de las multiplicidades mundanas. Ahora bien, ni el ethos comunitario ni pertenencia fundamental alguna pueden ofrecer refugio a aquellos que sólo disponen de su general intellect como único repertorio temático frente al contexto sensible amenazante." [6]
[2] Esta idea está sugerida en las entrevistas realizadas a Derrida en París el 10 de julio de 1998, por Antoine de Baecque y Thierry Jousse, y el 6 de noviembre de 2000, por Thierry Jousse. Transcripción y edición Stéphane Delorme. Publicado en Cahiers du cinéma, n° 556, abril 2001. [3] BOURDIEU, P.: Sobre la televisión. Anagrama, Barcelona. 1997: p 39. [4] VIRILIO, P.: Op. cit.: 1988: p. 74. [5] Ibid., 26-27. [6] NEGRI,
T.: Op. cit.: p. 16. |