h a b i t a r ooe noo(p u n t o)oo n e t T E X T O S habitar en (punto) net Remedios Zafra Imagínate
que el cristal se ablandara hasta convertirse en una suerte de cendal
de manera que pudiéramos franquearlo con toda facilidad!
(1) Imagínate ese lugar al otro lado como un entorno volátil
y rizomático. Un lugar-verbo, donde tanto forma como acción
son contingentes. Un territorio inestable, virtual y múltiple
donde lo que somos es siempre representado. Un espacio profiláctico
donde nuestro cuerpo siempre queda atrás. Imagínate una
tierra diseñada como el nivel más alto de un juego hecho
para lograr el control y, sin embargo, perversamente ideada como red.
Mientras en lo nuevo de su horizontalización late la pulsión
especulativa del cambio, en la evidencia de la voluntad de reproducción
(e incluso de vigorización) de las mismas formas de autoridad
y representación sexual, identificamos las estructuras que ya
dominaban fuera de la red, y que en ella encuentran unas mejores condiciones
de anonimato y velocidad. HABITAR LOS MÁRGENES La clave del que habita en Internet es el hecho de poder "cruzar fronteras", no sólo las fronteras que le sitúan en espacios diferentes sino las del mismo cuerpo y las del rostro. Los trabajos seleccionados para esta sección indagan en torno a la idea del interfaz como nuevo agente mediador entre los sujetos. Interfaz como pliegue tecnológico donde se transfigura la identidad, donde el sujeto desaparece y se maquilla un personaje, justamente donde algunos sitúan el ser alienado de la mujer, la feminidad, y donde ésta ha habitado, reducida, históricamente. Al habitar los márgenes nace una nueva postura epistemológica y política sobre la identidad en Internet. Una postura donde la red anuncia una subjetividad postcorpórea, una "imagen de la identidad escindida de la imagen del cuerpo"(2), una imagen potencialmente manipulable y codificable, ensamblajes de seres humanos y aparatos electrónicos (cyborgs). Frente a una construcción biológica dicotomizada se expanden ahora una multiplicidad de subjetividades sexuadas (también artificialmente), generando un flujo continuado de "llegar a ser", en un baile de nuevas representaciones para pensar y para buscar nuevas posibilidades de vivir on line. Habitar los márgenes de un mundo donde la tecnología actúa como un nuevo agente semiótico y social(3) y donde ésto tiene más que ver con una ecología de las intensidades que con habitar el cuerpo más allá de la imagen de sus límites. Tiene más que ver con habitar los márgenes políticos y sociales de las tecnologías, las nuevas casas donde lo público convive con lo privado. Habitar donde el espacio es un margen, un pliegue tecnológico. El futuro estaba
en las yemas de los dedos. (4)Sadie Plant, Ceros + Unos. La casa es ahora tan
sólo la anamorfosis de un umbral (6). En tanto que permanezcan
atadas a sus tareas domésticas, y sobre todo a las tareas hogareñas
no reconocidas económicamente, las mujeres no pueden acceder
más que a una identidad de procuración (hija de, mujer
de, madre de).(8) Claude Dubar. Las crisis de las identidades. La apertura de sujetos, de agentes y de territorios narrativos no isomórficos que encarnan ese futuro mejor es inimaginable desde el lugar ventajoso del ojo ciclópeo y autosatisfecho del sujeto dominante. (9) Donna Haraway, Ciencia, cyborgs y mujeres. Habitar la red desde una posición activa políticamente resulta inevitable para la mayoría de las artistas que trabajan en Internet. Actúan desde una posición deconstructiva y parcial. Una visión estratégica y políticamente fundamentada que tal como indica Haraway "ha de ser controlada, trenzada y transformada por otras voces en conversaciones compartidas"(10). Sus propuestas giran en torno a la exploración del espacio social y su construcción en la red, a la identidad y la sexualidad en el ciberespacio, a la superación de todas aquellas formas de pensamiento, tradiciones y estereotipos que siguen separando a la tecnología de la mujer. En esta línea, habitar la red nos obliga, más que nunca, a habitar esa versatilidad y esa nueva dificultad de los espacios que se generan: la de no repetir la historia. Para las artistas ciberfeministas existe la posibilidad de que ese jugoso espacio ciber de variables formas de relación intersubjetiva y desmaterializadas maneras de producción de subjetividad, siempre envueltas en el poder y el deseo, tenga todavía algo que aportar a la emancipación de los sujetos. La posibilidad de que los mecanismos de ciber-jerarquización falocéntrica dejen algún resquicio para seguir interviniendo irónica y políticamente de manera eficaz en Internet. La posibilidad de imaginar nuevas y más creativas formas de habitar en (punto) net. NOTAS |
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