Las lágrimas de las gotas


 

¿Tienen lágrimas las gotas?
¿Cómo se sabe si llora el río? ¿Tiene hierba la hierba?
¿Por qué lloran las gotas? ¿En quien se lloran las lágrimas?

 

Viven en un campo de zarcillos morados y hojas sin descanso. Allí las gotas, como los peces, no saben que están mojadas. Y no tienen alternativa (o no lo saben).

Antes, en el campo de zarcillos morados y hojas sin descanso, si usurpabas el puesto de él eras "hombra", pero nadie lo hizo porque ni siquiera tuvieron que inventar la palabra "hombra". Si, simplemente, te limitabas a estar eras hembra, gota mojada sin saberlo. Fácil de ser porque suponía ser lo que eres, porque allí eres lo que te tratan. A la décima vez de verlo, lo reproduces y entonces "eres".

La cabra hembra "es" porque lo es, y lo sabe, y lo ve en las otras y se ennoblece al parir cabritillos y al dar leche de cabra. Pero, ¿que pasaría si la cabra opta por no tener crías o si decide operarse para no dar leche, o para darla, por ejemplo, con un suplemento de calcio? O ¿qué pasaría si la cabra prefiere maullar? No sería cabra entonces, sería una renegada, una no-cabra, una cabra mutante. "¡Cabra pervertida!, ¡abyecta!, ¡puta!" la llamaría algún macho cabrío y alguna otra cabra. "¡Qué cosas! ¡Vender su esencia de cabra! Hermanas cabras: No desestiméis la posibilidad de un flirteo humanofílico con el cirujano que la operó." (En el reino caprino con la sospecha basta)... Desterrada pues del rebaño, condenada a pudrirse en un cortijo abandonado. "¡Ay, pena de mi cabra!" Este temor perseguía a los padres... de las cabras.

Y si fueras mujer hembra en el campo de zarcillos morados y hojas sin descanso, los hombres padre y las mujeres madre sufrirían si tuvieras iniciativa de suplemento alguno en la tierra, pero no tanto si fueras gota sin saber que estás mojada (normalmente ellos tampoco lo saben). En cualquier caso, hoy en día "lo mejor es que te vayas", te dicen casi todos mientras secan sus manos al sol. Cuando escuchan esto, las hijas sienten que han vivido en un tiempo que no les pertenecía y advierten que el barco se hunde.

En el campo de zarcillos morados y hojas sin descanso la profesión de las mujeres suele ser poco variada, también la de los hombres. Pero en su caso (mujeres) además es no visible, no cuantificable, presupuesta, exigible sin contrato de trabajo, no tiene denominación específica en el catálogo de profesiones serias y remuneradas, tampoco derecho a jubilación, reconocimiento, ni horas libres para tomar café "sola" en el bar del pueblo ("¡Mirad. Hay una cabra en la barra!").

Esta no-profesión cuenta entre otras con las siguientes tareas: cuidar de la vida cuando la vida comienza, cuidar de la vida cuando la vida sufre, cuidar de la vida cuando la vida envejece, mayormente. De manera que viene dada por pseudo-acreditaciones del tipo: mujer-madre, mujer-cuidadora de ancianos, mujer cuidadora de marido, mujer-cocinera, mujer-limpiadora, dadora de afectos...

Los hombres suelen trabajar en el campo casi todo el año. Durante tres o cuatro meses (Santa Bárbara, que era mujer, pero santa, suele dar la señal) las mujeres (cuidadoras de las vidas que nacen, crecen, sufren y envejecen) se unen a la cuadrilla como jornaleras. Ellas recogen y ellos varean, y al llegar a casa ellas recogen y ellos "barean".

Si una hija de una mujer-madre-ama de casa-jornalera tiene que escribir la profesión de los padres en un formulario escolar siempre pregunta: "¿Qué pongo en la casilla de mi madre, señorita?".

Y cuando las niñas crecen algunas suelen quedarse en el pueblo, la mayoría como mujeres-madres-amas de casa-eventuales jornaleras, todo junto o en combinaciones de dos. Desde hace años varias salen del campo de zarcillos morados y hojas sin descanso, suben y bajan escaleras, van y vienen y se convierten en interinas-opositoras, maestras y enfermeras, principalmente.

Pensarán que es mentira pero las gotas tienen lágrimas. Yo lo he visto y lo sé porque encontré varias que pudiendo llorar no lloraban.

 

 


Remedios Zafra